¿Porqué es importante revisar los frenos de su vehículo periódicamente?

No hay duda en que los frenos son uno de los sistemas de seguridad más importantes de un vehículo y que son fundamentales para evitar accidentes, ya que facilitan el poder controlar el auto y darle el manejo correcto en situaciones críticas.

Cuando Henry Ford creó el primer carro, tuvo muy claro que lo importante no era solo ponerlo a andar, sino saber cómo detenerlo. Ese fue uno de los principales retos que tuvo.

Los frenos ayudan a disminuir la velocidad y a detener el vehículo, por eso, tiene que funcionar con exactitud, y nosotros, como conductores debemos velar de su correcto funcionamiento, preocuparnos de realizar un mantenimiento adecuado de forma regular de todas sus piezas y aprender a adelantarnos a los posibles problemas que puedan surgirnos con el tiempo.

Tipos de frenos:

En un coche, podemos encontrarnos básicamente con dos mecanismos de freno: los frenos de tambor y los frenos de disco.

Los frenos de tambor:

Los frenos de tambor son aquellos que vienen ubicados en la propia rueda y se empleaban principalmente en los primeros coches de la historia, hasta que en los años 60 y 70 empezaron a dejarse de emplear en el eje delantero para pasar a ser sustituidos por frenos de disco.

El problema de los frenos de tambor es que tienen una escasa capacidad de refrigeración, por lo que se sobrecalientan fácilmente y tanto su mantenimiento como su montaje son más complejos que en el caso de los frenos de disco. La detención de este tipo de frenos es más súbita y menos progresiva, de hecho requiere de un menor esfuerzo sobre el pedal pero implica un mayor riesgo de blocaje, a pesar de su alta eficacia.

Es cierto también que su desgaste es menor que en el caso de las pastillas de freno, aunque se recomienda comprobar su estado regularmente y cambiar las zapatas cuando su espesor sea inferior a 1,5 mm.

Los frenos de disco:

Los frenos de disco pueden ir montados dentro de las ruedas o fuera, colocado sobre cualquier semieje y cuentan con una superficie menor de fricción, pero se refrigeran con mayor eficacia que los frenos de tambor y su frenada es mucho más progresiva y eficaz. El problema de estos discos de freno es que se erosionan con mayor facilidad y que son muy sensibles al polvo y la humedad, así que pueden torcerse, agrietarse y oxidarse. Por eso es muy importante mantenerlos en buen estado y cambiar religiosamente las pastillas de freno cuando su grosor alcance una cifra inferior a los 2mm, ya que unas pastillas de freno en mal estado pueden afectar a la vida útil de los discos.

Las revisiones periódicas y las inspecciones técnicas regulares son vitales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro vehículo en la carretera y es un error tratar de ahorrar dinero en revisiones, sustituciones o reparaciones del sistema de frenado, ya que de él depende directamente nuestra seguridad vial.